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Dióxido de azufre: Reduciendo la exposición tanto en el interior como en el exterior

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El dióxido de azufre (SO2) es uno de los contaminantes atmosféricos más comunes. El SO2 se infiltra en el aire que respiramos y afecta a nuestra salud de numerosas maneras, dejando efectos a corto y largo plazo dependiendo de los niveles de exposición. Si bien las fuentes de SO2 pueden no estar dentro de su casa, el contaminante encontrará su camino hacia el interior a través de puntos de acceso al exterior como puertas y ventanas. Si no se controla adecuadamente, esta acumulación de dióxido de azufre en el interior puede conducir a una mayor exposición.

¿Qué es el dióxido de azufre?

El dióxido de azufre o SO2" es un gas incoloro con un olor acre. El SO2 forma parte de un grupo más grande de óxidos de azufre gaseosos (SOx). Es el más preocupante de los grupos de SOx, ya que se encuentra en mayores concentraciones que otros SOx gaseosos, como el SO3.

¿Cómo puedo estar expuesto al dióxido de azufre?

La exposición al dióxido de azufre puede ocurrir a través de la inhalación o el contacto con la piel o los ojos. La forma más común en que las personas se exponen al SO2 es a través de la inhalación. Una vez que el SO2 entra en los pulmones, puede entrar en el torrente sanguíneo. Para poder salir de su cuerpo, el SO2 se descompondrá y saldrá a través de la orina.

Efectos del dióxido de azufre en la salud

Los efectos del SO2 en la salud pueden variar según el nivel de concentración, la duración de la exposición y la forma de exposición. A continuación, hemos desglosado cada uno de los posibles efectos sobre la salud del dióxido de azufre.

A corto plazo

Inhalación de SO2:

  • Estornudos y tos
  • Opresión en el pecho
  • Quemaduras en la nariz, la garganta y los pulmones
  • Dificultad para respirar
  • Daño al sistema respiratorio
  • Agravamiento de enfermedades como el asma y el enfisema
  • La exposición a corto plazo a altos niveles de SO2 puede ser peligrosa para la vida

Contacto piel/ojos con el SO2:

  • Irritación de los ojos
  • Congelación
  • Dolor punzante, enrojecimiento y ampollas

A largo plazo

Inhalación de SO2:

  • Cambios en la función pulmonar
  • Disminución de la fecundidad en hombres y mujeres
  • Pérdida del olfato
  • Dolor de cabeza y mareos
  • Náuseas y vómitos
  • Bronquitis y dificultad para respirar

Contacto piel/ojos con el SO2:

  • Daño corneal severo

¿Quiénes corren más riesgo de sufrir el dióxido de azufre?

Hasta cierto punto, todo el mundo puede verse afectado por el dióxido de azufre. Sin embargo, hay personas que son más sensibles o experimentan niveles de exposición más altos. Estos grupos incluyen los siguientes:

  • Los más sensibles al SO2 son los niños, los ancianos y las personas con asma, enfermedades cardíacas o pulmonares.
  • Los trabajadores de las plantas donde el SO2 se produce como subproducto pueden experimentar niveles más altos de exposición en concentraciones más altas.
  • Las personas que viven cerca de actividades industriales pesadas que implican un proceso que produce SO2, como la fundición de cobre.
  • Aquellos que están cerca de una erupción volcánica.

¿Cuáles son las fuentes del dióxido de azufre?

El dióxido de azufre se obtiene tanto de forma natural como a través de la actividad humana. A continuación se presentan algunas de las fuentes principales que contribuyen a los contaminantes de SO2.

  • Las erupciones volcánicas son una fuente natural de SO2.
  • La quema de combustibles fósiles por parte de las centrales eléctricas y otras instalaciones industriales son la mayor fuente de SO2. La fabricación de ácido sulfúrico, papel, conservantes de alimentos y fertilizantes.
  • Las locomotoras, barcos y otros vehículos y equipo pesado que queman combustible con alto contenido de azufre emiten SO2.

¿Cómo puedo prevenir o reducir la exposición al dióxido de azufre?

Prevenir o reducir las fuentes directas de SO2 puede ser más difícil, especialmente las emisiones de fuentes naturales como las erupciones volcánicas. Afortunadamente, existen otras soluciones para prevenir o reducir su exposición al SO2.

  • Limitar el tiempo que se pasa al aire libre cuando los niveles de contaminación del aire son altos. El SO2 es uno de los muchos contaminantes que deben ser evitados. Evitar los altos niveles de contaminación del aire reducirá la exposición a más contaminantes que sólo el SO2.
  • Viva más lejos de cualquier planta de energía u otras áreas con procesos industriales pesados en las cercanías.
  • Utilice equipo de seguridad. Dado que los trabajadores normalmente respiran el dióxido de azufre de su entorno de trabajo, no lo traen a casa. Sin embargo, los trabajadores pueden limitar su exposición usando máscaras y otros equipos de seguridad necesarios en el trabajo.
  • Utilice limpiadores de aire, como un purificador de aire, dentro de los espacios interiores para ayudar a mejorar la calidad del aire interior.

Efectos ambientales del dióxido de azufre

Los efectos del dióxido de azufre no se detienen en la salud humana. El SO2 también juega un papel en el medio ambiente en el que vivimos, contribuyendo a factores dañinos en él, incluyendo:

  • Lluvia ácida: El SO2 y otros dióxidos de azufre pueden contribuir a la lluvia ácida. La lluvia ácida es cualquier forma de precipitación, húmeda o seca, con componentes ácidos. Esta lluvia contribuye a la contaminación de nuestro aire mientras que causa daño al medio ambiente.
  • Visibilidad: El SO2 y otros dióxidos de azufre pueden reaccionar con otros compuestos formando una neblina. La niebla es una forma básica de contaminación del aire que degrada la visibilidad en lugares como las ciudades y las zonas escénicas.

Conclusión

Cualquier medida que pueda adoptarse para reducir las emisiones o los niveles de exposición al dióxido de azufre es una buena idea, ya que afecta tanto a la salud humana como al medio ambiente. Los que están en riesgo deben prestar la mayor atención a sus niveles de exposición. Si bien la eliminación completa del dióxido de azufre en el aire es imposible debido a las fuentes naturales, existen métodos para reducir tanto las emisiones de la actividad humana como la exposición de todas las fuentes. La reducción de la contaminación por dióxido de azufre en interiores es la más fácil de gestionar, ya que el aire suele estar más contenido dentro de las paredes de la casa o el edificio.